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Perfiles

Los alumnos que ingresen en el Instituto Teológico deben ser personas que aspiran adquirir la formación intelectual y especialmente teológica necesaria para el ejercicio del ministerio sacerdotal.

Según esto, pueden acceder a la titulación todos los alumnos que cumplan con los siguientes requisitos propios del perfil idóneo para un mejor aprovechamiento de los estudios del Grado en Teología:

  1. Acreditación de los estudios necesarios para el acceso a la Universidad.
  2. Competencia lingüística suficiente en la lengua castellana, la lengua gallega y otra lengua moderna.
  3. Actitud receptiva, reflexiva y sanamente crítica, a partir de los principios doctrinales de la enseñanza de la Iglesia.
  4. Capacidad para el diálogo con todas las corrientes de pensamiento abiertas a la búsqueda de la verdad.
  5. Disposición para el estudio y el trabajo intelectual, junto con el deseo de profundizar en los contenidos del misterio cristiano.
  6. Actitud positiva ante la vocación sacerdotal en toda su etapa de discernimiento.

Los alumnos del Instituto Teológico que concluyen su programa de Grado de Teología han debido adquirir una sólida formación intelectual, que fundamente un sano discernimiento crítico, con la que el futuro sacerdote se adhiere a la Palabra de Dios, crece en su vida espiritual y acopia recursos suficientes para el comienzo de su ministerio pastoral. A la vez, el programa debe haber dejado en el alumno suficiente ansia de seguir ahondando en el estudio de la Teología y ciencias más directamente auxiliares, a fin de hacer permanente en su vida la inquietud intelectual y materializarla en objetivos concretos a lo largo de su vida sacerdotal. El egresado debe haber adquirido, además, la preparación adecuada para seguir profundizando en el estudio de la Teología en grados académicos superiores.

En la primera etapa de los estudios, el egresado ha debido adquirir amplia formación cultural, humanística y filosófica, habiéndose iniciado en las lenguas clásicas y modernas, y habiendo desarrollado aptitudes de razonamiento lógico. En la fase propiamente teológica, el egresado ha de haber adquirido un conocimiento bien articulado de los contenidos más arquitectónicos de la teología, sobre una firme base en los contenidos de la Revelación, la Tradición y el Magisterio, con una familiaridad adecuada con los Padres y los grandes teólogos de la historia. A su vez, debe conocer también de modo suficiente la realidad de la Iglesia, su realización en la historia, los elementos necesarios de su dimensión jurídica estructurante, la vida espiritual en ella florecida a lo largo de los siglos, y los distintos itinerarios y métodos pastorales de los que se ha servido en el cumplimiento de su misión. Ello implica también, con la iluminación de la fe intelectualmente bien pensada, haber adquirido conocimiento de los grandes problemas del hombre, la actual situación histórico-religiosa, las aportaciones de los pensadores relevantes en la cultura humana y las corrientes del saber teológico. Asimismo, habrá adquirido una adecuada capacitación para la convivencia, el diálogo con la cultura y el diagnóstico sereno de la realidad viva de la Iglesia. Sobre el conjunto del Grado, el egresado debería haber adquirido las habilidades siguientes:

  1. Conocimiento de las fuentes bíblicas, patrísticas y magisteriales.
  2. Capacidad de aplicación y comunicación del contenido de esas fuentes en la realidad eclesial y social, y capacidad de ejercicio del ministerio sacerdotal en la triple dimensión del servicio pastoral: doctrina, santificación y gobierno.
  3. Capacidad para desarrollar y transmitir una adecuada metodología catequética y formativa en el seno de las comunidades en las que desempeñe su ministerio sacerdotal.
  4. Espíritu creativo e iniciativa para acometer actividades pastorales impregnadas de espíritu genuinamente apostólico, en consonancia con el contexto socio-cultural en el que habrá de desarrollar los encargos pastorales.
  5. Sentido de responsabilidad, acendrado sentido de la discreción, profundo respeto por el secreto profesional, respeto convencido al derecho a la intimidad de las personas con las que trata en el cumplimiento de su función, y coherencia entre su vida personal y el ministerio sacerdotal.
  6. Habilidades para la relación interpersonal, el trabajo comunitario, la dirección espiritual personal respetuosa y coherente, el desarrollo de tareas de mediación y orientación personal y social impregnadas de sentido apostólico.
  7. Profundo respeto hacia los derechos de los demás, comenzando por los propios de los fieles cristianos, como criterio fuertemente inspirador y exigente en el modo de relacionarse con ellos en el desempeño de su ministerio sacerdotal.

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