Los alumnos que ingresen en el Instituto Teológico deben ser personas que aspiran adquirir la formación intelectual y especialmente teológica necesaria para el ejercicio del ministerio sacerdotal.
Según esto, pueden acceder a la titulación todos los alumnos que cumplan con los siguientes requisitos propios del perfil idóneo para un mejor aprovechamiento de los estudios del Grado en Teología:
Los alumnos del Instituto Teológico que concluyen su programa de Grado de Teología han debido adquirir una sólida formación intelectual, que fundamente un sano discernimiento crítico, con la que el futuro sacerdote se adhiere a la Palabra de Dios, crece en su vida espiritual y acopia recursos suficientes para el comienzo de su ministerio pastoral. A la vez, el programa debe haber dejado en el alumno suficiente ansia de seguir ahondando en el estudio de la Teología y ciencias más directamente auxiliares, a fin de hacer permanente en su vida la inquietud intelectual y materializarla en objetivos concretos a lo largo de su vida sacerdotal. El egresado debe haber adquirido, además, la preparación adecuada para seguir profundizando en el estudio de la Teología en grados académicos superiores.
En la primera etapa de los estudios, el egresado ha debido adquirir amplia formación cultural, humanística y filosófica, habiéndose iniciado en las lenguas clásicas y modernas, y habiendo desarrollado aptitudes de razonamiento lógico. En la fase propiamente teológica, el egresado ha de haber adquirido un conocimiento bien articulado de los contenidos más arquitectónicos de la teología, sobre una firme base en los contenidos de la Revelación, la Tradición y el Magisterio, con una familiaridad adecuada con los Padres y los grandes teólogos de la historia. A su vez, debe conocer también de modo suficiente la realidad de la Iglesia, su realización en la historia, los elementos necesarios de su dimensión jurídica estructurante, la vida espiritual en ella florecida a lo largo de los siglos, y los distintos itinerarios y métodos pastorales de los que se ha servido en el cumplimiento de su misión. Ello implica también, con la iluminación de la fe intelectualmente bien pensada, haber adquirido conocimiento de los grandes problemas del hombre, la actual situación histórico-religiosa, las aportaciones de los pensadores relevantes en la cultura humana y las corrientes del saber teológico. Asimismo, habrá adquirido una adecuada capacitación para la convivencia, el diálogo con la cultura y el diagnóstico sereno de la realidad viva de la Iglesia. Sobre el conjunto del Grado, el egresado debería haber adquirido las habilidades siguientes: